Esta fobia se manifiesta con mucha ansiedad al momento de volar, ataques de pánico e incluso síntomas físicos, como vómitos y mareos.
Muchas personas aprovechan las vacaciones de invierno para viajar. Sin embargo, hay quienes lejos de pensar que será un momento para disfrutar y descansar, les angustia la idea de subirse un avión.
Esto es conocido como aerofobia o miedo a volar, que puede ser una fobia por sí mismo o una reacción a otras fobias, como el miedo a las alturas o la claustrofobia. Así lo explica el psicólogo e hipnoterapeuta de Hipnosalud, José Luis Rojas.
“Una persona que presenta miedo a volar, más allá del hecho de subirse a un avión, puede tener pánico a las alturas, a los lugares cerrados o a no tener el control de la situación, lo que se manifiesta en ataques de pánico, así como también con síntomas físicos, como mareos y vómitos”, señala el especialista.